Vuelta a la naturaleza: los ‘baños de bosque’

En la actualidad más del 50% de la población mundial vive en zonas urbanas y se espera que para 2050, esta proporción crezca al 70%. Estas cifras pueden no resultarnos significativas a simple vista, pero nos dicen mucho sobre la velocidad de nuestros cambios demográficos si tenemos en cuenta que, según la ONU, hace apenas 60 años el porcentaje era exactamente el opuesto: 30% de la población mundial se asentaba en ciudades. A partir de esta evidente tendencia a dejar las zonas rurales, en consecuencia, alejándonos cada vez más de la naturaleza, surge un creciente interés en la ciencia por evaluar los efectos de este distanciamiento de los entornos naturales. Varios estudios han sugerido que la exposición a la naturaleza (realizando actividades como caminar, sentarse o simplemente contemplar el bosque) genera resultados positivos en la salud. Una práctica de creciente popularidad que procura estimular los beneficios generados por el contacto con el entorno natural es el baño de bosque.

¿Qué es el ‘Shinrin-yoku’?

Conocido como «Shinrin-yoku» en japonés, el baño de bosque implica pasar tiempo en un ambiente natural o específicamente en un entorno forestal. Fueron los japoneses los que se propusieron por primera vez la creencia de que pasar tiempo en un área natural o boscosa tendría efectos curativos. Durante el “baño de bosque”, utilizado como terapia, se guía a las personas para que desaceleren su ritmo y se tranquilicen al conectarse con un entorno forestal, utilizando sus cinco sentidos para, por ejemplo, escuchar el canto de los pájaros y los arroyos fluyendo, mirar los árboles y contemplar la luz del sol penetrar a través de sus ramas, respirar aromas naturales, saborear la frescura del aire, tocar hojas y plantas, y tumbarse en el suelo. Resultados de diversos estudios mostraron que la exposición a estímulos naturales (como plantas, bosques, agua corriendo en un entorno forestal), y la práctica de actividades en un entorno natural (caminatas por el bosque o la participación en un programa de terapia forestal como el anteriormente descrito), son estrategias efectivas para la promoción de la salud. Ello favorece la relajación, disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial, genera efectos cardiovasculares positivos, libera estrés, reduciendo las emociones negativas (ansiedad, depresión) y dando así impulso al sistema inmunológico. Sin embargo, el mecanismo de cómo el medio forestal produce dichos beneficios no está completamente claro y desde luego es necesaria mayor investigación. Una teoría apunta a que las personas que pasan más tiempo en la naturaleza son físicamente más activas, lo que se traduce en individuos más saludables, aunque inclusive hay estudios que muestran que la misma actividad física tiene mejores resultados en la salud si se realiza en un entorno natural que en un entorno urbano. Otros estudios revelan que el estímulo visual es el impulsor de estos beneficios: las vistas de ventana que incluyen elementos naturales (en comparación con las vistas de ventana que no lo hacen) están asociadas con una memoria superior, mayor capacidad de atención, así como una mayor sensación de bienestar subjetiva. Aunque no se sepa con exactitud los mecanismos a través de los cuales el entorno forestal nos beneficia, la mayor parte de los autores coinciden en que éste reduce la actividad del sistema nervioso simpático y aumenta la actividad del sistema nervioso parasimpático (*), evidenciado por una reducción en los niveles de adrenalina y noradrenalina en la orina. Este efecto en nuestro sistema nervioso representa un menor nivel de estrés, lo cual de por sí es beneficioso para nuestro sistema inmune.

¿Podemos incorporar más naturaleza a nuestra rutina?

No podemos negar que las ciudades tienen su parte buena: han permitido un gran desarrollo tecnológico y económico, y nos han dado acceso a comodidades que no imaginaba ni la persona más poderosa en la Tierra hace 300 años. La parte negativa es que, por un lado, el modo de vida urbano tiende a elevar los niveles de estrés y por el otro, el mantenernos alejados del contacto diario con la naturaleza empeora nuestra salud por varias vías.
La buena noticia es que podemos combinar la vida urbana con un contacto natural regular: es posible vivir en una ciudad y acudir con frecuencia al bosque, a parques u otros entornos naturales. Los resultados de los estudios existentes sugieren que sería muy positivo incorporar recomendaciones médicas de baños de bosque o, si esto suena demasiado extravagante, podría ser de utilidad dar paseos por el bosque o el parque, por lo que se hace fundamental “naturalizar” los espacios urbanos.
Cualquiera que sea la estrategia que escojamos, no olvidemos la importancia de volver a conectarnos con la naturaleza, relajarnos en su entorno y beneficiarnos de su ambiente. *Nota: el sistema nervioso se divide en dos partes: voluntario y autónomo. El voluntario es el consciente, el que utilizamos si decidimos mover un músculo; esta parte del sistema nervioso es el que nos permite escribir, rascarnos o bailar. La parte autónoma (o involuntaria) del sistema nervioso, además de proyectarse hacia los músculos, se proyecta al resto de órganos y es la que controla el resto de funciones del cuerpo, el latido del corazón por ejemplo, o que te sonrojes o tu digestión. El sistema nervioso autónomo, a su vez se divide en dos: simpático y parasimpático. El sistema nervioso simpático se activa cuando hay una emergencia o creemos que la hay (relacionado con el estrés). Las terminaciones nerviosas del sistema simpático liberan adrenalina y aumentan el ritmo cardiaco, la tensión arterial, etc. El parasimpático tiene la función opuesta, se activa para acciones como la digestión (relacionadas con la relajación).
Fuentes
Bratman GN, Hamilton JP, Hahn KS, Daily GC, Gross JJ. Nature experience reduces rumination and subgenual prefrontal cortex activation. Proc Natl Acad Sci U S A. 2015 Jul 14;112(28):8567-72. doi: 10.1073/pnas.1510459112. Epub 2015 Jun 29. PMID: 26124129; PMCID: PMC4507237. https://ourworldindata.org Association of Nature & Forest Therapy Guides & Programs. What is forest therapy. In: The practice of forest therapy; 2019. https://www.natureandforesttherapy.org/about/practice. Lee JY, Lee DC. Cardiac and pulmonary benefits of forest walking versus city walking in elderly women: a randomised, controlled, open-label trial. Eur J Integr Med. 2014;6(1):5–11.

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